El 29 de junio tuvo lugar un evento anual que no pasa por alto en el calendario de los amantes de autos clásicos.

El “Bosch Boxberg Klassik 2014” reunió a más de 150 automóviles de época, mostrando el glamour de aquellos años.

Los restauradores lucían orgullosos las máquinas en su estado original. Y la pasión compartida por propietarios y ayudantes llenaba todo el espacio.

Los fotógrafos no tuvieron tiempo para descansar ya que continuamente entraban y salían joyas automovilísticas.

Un ambiente de fierros y de recuerdos, donde los pilotos contaban anécdotas de sus autos en otras competencias y los niños miraban confundidos tratando de entender el concepto antiguo de los automóviles.

Boxberg, de la innovación a lo clásico

En Baden-Württemberg, más precisamente en Boxberg, donde se ubica el centro de pruebas de Bosch, es donde se llevó a cabo el evento.

Este es un lugar que posee todas las instalaciones necesarias para hacer los ensayos y pruebas de aquellos vehículos que aún no están en el mercado.

Quienes trabajan en Boxberg ven normalmente los últimos prototipos que están celosamente resguardados para evitar que se filtre información. Hoy fue todo lo contrario. Los coches antiguos tomaron las pistas, los lugares de estacionamiento y las miradas.

Pasado y Presente juntos

Algún que otro coche moderno contrastó con las piezas de museo, como fue el caso de un Lotus Elise. Su figura y dimensiones dejaban ver el avance del diseño y la ingeniería en todo lo que tiene que ver con automóviles.

A veces resulta difícil creer que la potencia de un auto deportivo de los años 70 es la misma que se tiene hoy en un vehículo de mediana gama.

Lo cierto es que el ruido de los motores y el entusiasmo de la gente no se vieron opacados por el tiempo que a veces dejó caer algunas gotas.

Eso también permitió ver otro show, el de pilotos intentando poner la capota a aquellos autos convertibles. Sin duda que el tiempo fue muy superior a los 7 segundos que hoy en día se tarda en apretar un botón para que el coche quede absolutamente cerrado.

En Bosch Boxberg Klassik se pudieron contemplar maravillas automovilísticas que sin duda es un lujo y un placer que muy raramente puedo dejar escapar.

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