Manuel Aboy es un español que trabaja en competición deportiva motorsport GP2 en Inglaterra como ingeniero de pista. Su carrera ha sido de lo más variada y con gran carácter internacional.

Cuando era pequeño ya mostraba pasión por el funcionamiento de los coches. Siempre que le regalaban un coche radiocontrol, en vez de jugar con él como cualquier otro niño, decidía desmontarlo y así poder entender su funcionamiento.

Con tan sólo 12 años ya sabía qué debía estudiar para cumplir sus sueños. El padre de uno de sus compañeros del colegio, que trabajaba en Citröen, dio una charla sobre ingeniería, y así relacionó los autos con la ingeniería.

¿Cómo llegaste a ser ingeniero de pista?

Cuando yo estudié no existía la carrera de ingeniería mecánica en España. Opté por estudiar ingeniería industrial y luego me especialicé. Conozco muchos ingenieros industriales que trabajan en automovilismo. Muchos trabajan en el diseño del auto y otros como ingeniero de pista. Desde ya todos ellos se han especializado antes de trabajar en ingeniería de pista.

Busqué en internet en qué universidad estudiar. Uno de mis amigos me recomendó la Universidad Europea de Madrid, que es finalmente donde estudié. Guardo un buen recuerdo de mis años de estudios universitarios. Un aspecto que me gustaba de la universidad es que estaban encima tuyo para que estudiases, si faltabas te penalizaban.

Es cierto que no todo el mundo se puede permitir ir a una universidad privada. Por suerte conté con la ayuda de mis padres, además de obtener un préstamo… ¡más adelante os contaré como lo pagué!

¿Estudiaste toda tu carrera en España?

No. Fue en mi último año universitario cuando me di cuenta que el inglés era esencial. Ese año surgió la posibilidad de obtener una beca ERASMUS en Liverpool, Inglaterra, y hacer un master en automoción.

Para mi sorpresa, nadie en mi carrera había solicitado una beca ERASMUS. La única ciudad disponible de habla inglesa era Liverpool, así que no tenía mucha opción puesto que estaba decidido a aprender inglés.

Yo aconsejo a cualquier estudiante a conseguir becas universitarias e ir a estudiar al extranjero. En mi caso, mientras aprendía inglés, también me dediqué a cursar asignaturas que luego me convalidaban en la universidad de Madrid.

Si bien mis padres y yo somos españoles, mis primeros años de infancia fueron en Suiza. Eso me ha permitido tener la mente abierta en cuanto a las diferentes culturas y lugares. Siempre miré el futuro hacia muchos horizontes.

En Liverpool hice el master Automotive Engineering durante un año. Como proyecto final participé en la Formula Student.

Luego fui al equipo Epsilon Euskadi, San Sebastian, España, que en aquel momento estaban desarollando un prototipo para las 24 horas de Le Mans. A su vez, este equipo ofrecía un master llamado METCA (Master de Especialización Técnica en Competición Automovilística). Como el master empezaba en enero, tuve la oportunidad de pasarme 5 meses trabajando en el diseño aerodinámico del coche de Le Mans.

En el master en Epsilon Euskadi, por el cual no conseguí ninguna beca y tuve que pagar, conocí a un chico italiano que era ingeniero de pista. Rápidamente entablé conversación con él. Siempre le hacía preguntas técnicas y de diseño.

Poco después solicité la beca Cajastur – Fernando Alonso para estudiar en Oxford Brookes al mismo tiempo que te pagaban 36.000 Euros. Salí seleccionado y me fui a estudiar ese master en Motorsport Engineering a Oxford. Gracias a ese dinero pagué los masters anteriores y la universidad.

Una vez finalizado el master en Oxford, mi amigo italiano, me ofreció ir a trabajar a Italia como ingeniero de pista o ingeniero de motorsport. ¡Ahí fue donde gané mi primer campeonato en la F3000 en el año 2007-2008 con el Nicolas Prost, hijo del famoso piloto de Formula 1 con el mismo apellido.

Después de Italia me mudé a Francia para trabajar en el equipo Tech 1 Racing que aquel año estaba esponsorizado por Red Bull y por ello teníamos a sus jovenos pilotos corriendo en nuestros coches, Daniel Ricardo, Jean Eric Vergne y Brendon Hartley.

Después del 2010 me fui a Valencia a trabajar con el equipo Addax. Era un equipo muy bueno. Por él pasaron grandes pilotos que actualmente están en F1. Creo que ha sido el mejor equipo español de monoplazas.

Tras esa experiencia me volví a Inglaterra, donde en estos momentos estoy en tratativas para trabajar en Arden Motorsport, otro equipo de GP2.

Con un perfil tan internacional, ¿necesitaste saber muchos idiomas o te bastó con el inglés?

Saber idiomas te ayuda a conectar con la gente y con pilotos de diferentes nacionalidades.

Muchos de los pilotos son jovenes y su nivel de inglés muchas veces no es del todo bueno. Cuando eres capaz de hablar con un piloto en su lengua materna, te has ganado ya parte de la confiaza de ese piloto; le haces sentir más a gusto dentro del equipo, pues puede expresarse sin tapujos y sin barreras lingüísticas.

Tú trabajas para la GP2, ¿Te gustaría trabajar en la Fórmula 1? ¿Qué tan fácil sería entrar en esa categoría?

Entrar en la F1 como ingeniero de pista para cualquier estudiante que ha terminado la universidad y tiene un buen expediente es relativamente fácil, si eres hábil con ciertos programas informáticos que ellos demandan.

Lo más difícil es coger experiencia en circuitos. Si tu pasión es acabar como ingeniero de pista o performance, debes adquirir esa experiencia en los propios circuitos y para ello debes formarte en las categorías inferiores del automovilismo deportivo o intentar entrar en el race team de cualquier equipo de Formula 1.

Para ser un ingeniero de pista es importante tener los conocimientos y la experiencia. ¡El problema es que para esos conocimientos no hay libros! Básicamente es pura experiencia.

Otra cosa importante es la confianza y motivación hacia tu piloto. El ingeniero tiene que hacer a veces de psicólogo del piloto. Se necesita tener comunicación directa con el equipo, mostrar seguridad y confianza y demostrar que uno sabe realizar las tareas.

Me gustaría poder trabajar en la Fórmula 1, pero lo tengo casi descartado trabajar en ella. Los motivos son varios, pero principalmente porque es un mundo muy complicado a nivel personal. Te demanda mucho tiempo. Requiere 21 semanas al año y 4 semanas más de test. Es muy difícil cuando uno tiene una familia o pareja.

En el futuro me veo rodeado de coches y por tanto tengo planeado seguir en la GP2.

¿Qué es lo que le aconsejarías a cualquier estudiante que no sabe que salida laboral tiene con la ingeniería mecánica?

Lo primero que hay que hacer es venir a Inglaterra o cualquier otro país con una fuerte industria del diseño automotriz. Aquí por suerte hay muchas oportunidades. Una vez que tienes un par de años de experiencia las oportunidades te llegan de todas partes.

Quizás no ganarás mucho dinero al principio, pero obtienes la mejor experiencia y aprendes muchísimo por estar rodeado de los mejores”.

¿Hay que ser bueno en matemáticas?

Un buen ingeniero no tiene porque ser un experto en matemáticas. Has de ser bueno pero no necesitas sacar buenas notas. De hecho, no todas mis notas fueron buenas… Conseguí mejorar mis notas académicas con el pasar de los años, en los últimos años de carrera, pero al principio mi objetivo era simplemente aprobar las asignaturas sin prestar atención a la excelencia.

¿Tienes algún libro que consideras esencial?

Por supuesto. Hay uno que es la Biblia para todo ingeniero de autos:

¿Cómo ves la industria en España?

En España hay muy muy poco de diseño. Algo en Barcelona, pero lo demás es fabricación o ensamblaje. Para el diseño de automóviles lo mejor es irse a Italia o Alemania.

¿Cuál fue tu mayor dificultad o reto?

Mi mayor reto es haber nacido en Suiza, después haber sido criado en un pueblo en Galicia y aun así haberme abierto las puertas para construir mi carrera. Con la ayuda de mis padres, a pesar de que no hay ingenieros en mi familia, supe buscarme el camino para llegar a trabajar en lo que me apasiona. Creo que esto es algo fundamental en la vida, encuentra algo que te guste y trabaja en ello, solo así conseguirás dar lo mejor de ti mismo.

Fotografía: Arden Motorsport.

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